Resumen:

Desde los años 50 del siglo XX se empieza a manifestar de forma creciente una preocupación por el impacto de nuestra especie en la biosfera. La satisfacción de un número cada vez mayor de necesidades a unos consumidores en aumento exponencial supone un mayor desarrollo industrial y la aparición de nuevas tecnologías productivas con las consiguientes alteraciones del medio natural. Todo esto hace que exista la sensación de que los problemas ambientales tienen un origen reciente. Sin embargo las sociedades y los ecosistemas llevan cambiando desde la aparición del hombre. Al margen de extinciones de la gran fauna por la actividad de cazadores recolectores, el cambio en el que estamos
inmersos actualmente tiene su arranque claro en la Revolución Neolítica. La domesticación de plantas, animales y paisajes, unida a la aparición de ciudades y estructuras sociales complejas, marca un cambio de las relaciones entre el hombre y la Biosfera.
A raíz del Neolítico cambian las características morfologícas y funcionales de muchas especies incluida la nuestra y el enorme circulo mutualista del hombre y sus especies domesticas empieza a sufrir un proceso de cambio en el tiempo que se asemeja a la sucesión ecológica. El análisis de este cambio resulta interesante para intentar dilucidar los mecanismos del proceso.