Los alumnos de Humanidades con orientación en Letras toman taller de edición como parte integradora de sus saberes. Conocen de primera mano cómo se elaboran esos objetos que son los libros, en cada parte de sus procesos: escritura, corrección de estilo, maquetación, impresión, diseño de portada, selección del papel… Hasta llegar a la presentación misma, en que el libro deja de ser algo propio para cumplir con su objetivo de comunicar, de compartir ideas y conocimientos.
Esta presentación ha sido llevada a cabo el pasado 19 de mayo, en la Casa Universitaria, con la participación de Paul Carrillo Collazo, Julia Castro, Andrea Damaris García, Laura Gómez, Ada Martínez, Berali Padilla y Reyna de la Torre, alumnos del maestro Fernando Solana, quien a lo largo de este ciclo escolar trabajó motivando la creatividad de cada uno de ellos y orientándolos en la elaboración de un libro-objeto-de-arte. Ha sido importante llevar esta labor más allá de la evaluación al interior de la clase para compartirla con otros compañeros de la carrera y con invitados de Lagos de Moreno que disfrutan del bien colectivo que es la literatura; en palabras del propio maestro: “la poesía tiene que resonar, tiene que oírse, y además queremos que los demás estudiantes se confronten de manera positiva, se encuentren con aquello que hacen sus compañeros”, reconociendo a los jóvenes y prometedores talentos. El sentido de la labor docente toma forma una vez que se presencian fenómenos de reciprocidad como el vivido en esta velada.
De manera muy particular, el maestro Fernando presentó la participación de cada estudiante, con una lectura individual y única. Después los jóvenes poetas compartieron la selección de textos que tenían preparada para la ocasión. Si bien el ánimo general de los presentadores era de mucho nerviosismo al inicio, poco a poco fue cediendo a la expectativa de la recepción hasta llegar a la satisfacción de conectar con el público. A final de cuentas el trabajo de escritura se realiza buscando decir algo a alguien. Vencer el miedo al juicio de los demás, para permitirse comunicar de manera abierta y franca, fue uno de los grandes aprendizajes que dejó para los estudiantes humanistas esta presentación.
