Expansión desmedida y estilos de vida depredadores: retos a vencer para la conservación del hábitat

En el marco del I Coloquio Internacional Hábitat, Medio Ambiente y Sociedad, se llevó a cabo la conferencia magistral Consideraciones generales sobre el desarrollo urbano sustentable en México, a cargo del doctor José Trinidad Padilla López, ex procurador de Desarrollo Urbano del Estado de Jalisco quien presentó una panorámica sobre la relación entre el hábitat, el medio ambiente y el desarrollo de los asentamientos humanos en la ordenación del territorio.
 
Partió de la idea de que la responsabilidad pública es sumamente importante para enfrentar este  complicado tema, en el que toda la sociedad debe asumir un compromiso con el hábitat natural, el cual se está degradando a un ritmo preocupante. En específico, y para comprender el estado en el que se encuentra Jalisco, es necesario conocer los estudios socio-ecológicos que han observado la pérdida y degradación de los recursos naturales.
 
Según un estudio realizado por parte de la Universidad de Guadalajara, llamado “Jalisco a futuro”, que se ha realizado periódicamente desde hace más de 20 años, se subrayan tres elementos principales que tienen que ver con este preocupante deterioro:

  1. El crecimiento de la población, aunado a las formas y a las cantidades de consumo, es decir: a los estilos de vida altamente depredadores.
  2. Expansión urbana
  3. Expansión agropecuaria

 
Estos elementos también están relacionados estrechamente con los cambios en el uso del suelo, la degradación ambiental y la perdida de hábitats, la vulnerabilidad hídrica, la contaminación atmosférica y la gestión inadecuada de residuos. Por ejemplo: en los últimos 30 años, un millón de hectáreas de suelo han cambiado su uso, ya no son agrícolas sino urbanos. Esto acarrea muchos problemas, entre los que se encuentran la pobreza e inequidad social.
 
Lo más preocupante es que todo parece indicar que el ser humano está próximo a encabezar el sexto episodio de extinción del planeta. Actualmente observamos que ahora solo el 37% de la superficie terrestre está considerado como “espacio natural”, todo lo demás se utiliza para sostener los sectores agrícola, ganadero, urbano o industrializado, lo que expone a que el medio ambiente sea constantemente modificado y degradado. Además, el ser humano se apropió de una cuarta parte de la actividad primaria de todas las plantas. Esta degradación está presente también en el hábitat urbano, en el cuál vivimos cada vez más seres humanos, sin siquiera aprender a construirlo de manera adecuada. Se pronostica que en las próximas tres décadas que alrededor del 75% de los  humanos viviremos en una ciudad. Todo esto lleva a nuevos retos, que requerirán estrategias y habilidades con las cuales aún no contamos; por eso y de manera general, se demanda a todos los habitantes del planeta a enfrentar la problemática ambiental de hoy y de mañana.
 
Nuestro estado es particularmente urbanizado, poco más del 86% viven en alguna de las dieciséis zonas urbanas del territorio. Y aunque lo pareciera, las ciudades no se sostienen solas, requieren del campo, de las montañas, para generar recursos de supervivencia. Aquí, en Jalisco, están algunas de las más importantes industrias agropecuarias que alimentan a todo el país, desde el huevo, la leche, y la carne que se consume en todo el territorio nacional. Esto tiene sus costos ambientales: llevamos arrastrando una considerable huella hídrica y de carbono. Los retos que ello exige se agravan ante las inminentes consecuencias del cambio climático.
 
Por otra parte, si bien se ha logrado una reducción del hambre, paradójicamente y por primera vez, más persona mueren por exceso de alimentación que por no tener qué comer, todo esto producto de malos hábitos alimentarios que generan cáncer, diabetes, sobrepeso y malos estilos de vida que conlleva la modernización acelerada.
 
Pero, a pesar de estos datos, no todo es pesimismo. Algunas posibles soluciones se pueden encontrar si avanzamos en temas como la mejora en la productividad de alimentos, la reducción de violencia global y la mejora social, aprovechando las fuentes más eficientes de energía y los sistemas complejos con resultados que antes no podíamos observar, gracias a las tecnologías. Por lo tanto, se debe aprender a consumir menos y sobre todo: ser mejores consumidores.
 
Agregó también que en tema de legislación se cuenta con todo lo necesario para hacer frente, el gran reto es que carecemos de cultura ciudadana y de respeto a la legalidad. Algunas otras mejoras se encuentran también en los modelos de planeación inteligente que buscan convertir, de manera planificada, las ciudades compactas, cercanas, equitativas, policéntricas. Si unimos y exigimos a los responsables social y políticamente, que nos ofrezcan información y accesos a liderar la ciudadanía con una cultura nueva, que conforme a un ciudadano nuevo, mejor y más responsable en todos los aspectos, podremos paso a paso, y granito a granito, erradicar ciertos problemas y conflictos que ponen en riesgo a nuestro medio ambiente.
 
A t e n t a me n t e
"Piensa y Trabaja"
Lagos de Moreno, Jalisco, 29 de octubre de 2019

 
Redacción: Montserrat Vázquez
Fotografía: Aldo Cuéllar