La UIV tuvo un espacio para reflexionar deconstruyendo la idea de la masculinidad

Las actitudes, ideologías y prejuicios con que somos formados a lo largo de nuestra vida, han sido heredados por parte de nuestra cultura y nuestro contexto social. La mayoría de estas, han pasado por una larga caminata histórica y a pesar de no ser completamente adaptables al contexto, siguen vigentes y nos rigen todavía. Sobre esto trató el curso Masculinidades y violencia desde la visión antropológica, impartido en el marco de la UIV 2018 los pasados 14 y 15 de junio, por el doctor Ángel Christian Luna Alfaro. En este curso se reflexionó sobre la masculinidad, como una de las ideologías más peligrosas que se han inculcado en todos los tiempos, porque ha causado un sinfín de problemas e injusticias. Aunque en la actualidad se pretende eliminar este fenómeno actualidad, es bastante difícil debido al arraigo que tiene no solo en hombres, sino también en mujeres.
 
El antropólogo Ángel Luna, explicó cómo a pesar de ser conscientes y razonables sobre algunas situaciones, siguen ganando estas conductas que pueden ser “instintos” obligados a emerger y mostrar al verdadero yo. La violencia ha estado asentada en la vida de los hombres desde la prehistoria, en diferentes grados y contextos, continua siendo un problema que afecta a todos por igual. El doctor Luna Alfaro habló de cuestiones heredadas, pero adaptadas al contexto cultural. Son aprendizajes que nos enseñan y repetimos porque no conocemos otras situaciones nuevas que también nos puedan dar una solución. Incluso, en la literatura nos han llegado a mostrar acciones de infanticidio, disfrazadas de cuentos o historias indefensas, como es el caso de los cuentos de los hermanos Grimm: pequeñas historias que demuestran las terribles acciones de un ser humano.
 
Según los procedimientos de la psicología contemporánea, el ejercicio de la violencia –así como la reacción ante ella– es para defenderse o cambiar aquello que da miedo, por eso tenemos una cultura basada en homofobia y misoginia, además de prejuicios que en lugar de defender, afectan en pro de una hetero normatividad del deber ser. Respecto al romanticismo que ha permeado en la sociedad y que promueve día con día, las cláusulas de cómo debe comportarse una mujercita o un gran macho en el amor, el doctor Ángel Luna propone “desdibujar el mito”, vaciar y cuestionar todo aquello que disfrazan de amor. Las acciones se tienen que llamar por su nombre: agresión física, violación, acoso, develando todas las maneras de esconder y normalizar. Tenemos que crear espacios de seguridad, como este curso, en donde se pueda pensar la cultura de distinta manera, aceptar y respetar todo lo que le provoque un malestar al de al lado. Así que, finalizó con una pregunta detonante: ¿la culpa es de la cultura? Y pide que reflexionemos: ¿mi cultura ha seguido intacta desde que nací y se me heredó? ¿Se ha modificado y adaptado a diversos medios? Recalcando que: “no se nace con condiciones idealistas o prejuicios, todo lo que ejercemos lo hemos transformado y permitido”.
 
A t e n t a m e n t e
"Piensa y Trabaja"

Guadalajara, Jalisco, 18 de junio de 2018
 
Texto y fotografías: Montserrat Vázquez