Y usted, ¿cómo tiene sus riñones?

Columna de la doctora Mónica Ivette Guevara Ortega, responsable del Programa de Salud Organizacional del CULagos.

En condiciones normales contamos con dos riñones: uno a cada lado de la columna vertebral, protegidos por la caja torácica. El trabajo que realizan sustenta tres pilares fundamentales: eliminar el excedente de agua corporal o retenerla en caso de que el organismo la requiera; eliminar la urea, que surge del metabolismo de proteínas (por ejemplo de la carne), y eliminar la creatinina (desecho producido por los músculos). Cuando estos procesos son inadecuados, los niveles de urea y creatinina se elevan; por lo tanto, una analítica sanguínea donde se mida la cantidad de estas sustancias resulta muy útil para valorar la función renal.
Existen varias afecciones en este sistema de filtración (sistema renal). Las más frecuentes son las Infecciones de Vías Urinarias (IVU), que se presentan con mayor regularidad en las mujeres, debido a que la uretra (conducto que transporta la orina de la vejiga al exterior) es más corta que en los hombres, lo que supone una fácil entrada de gérmenes a la vía urinaria; la localización más frecuente para este proceso infeccioso es en la vejiga (cistitis), y en algunos casos puede no dar molestias; los síntomas más frecuentes son: dolor o sensación ardorosa o quemante al orinar, aumento en la frecuencia de micciones, sensación de querer orinar y no poder, orina de color turbio con mal olor o presencia de sangre en la misma. Ante cualquiera de estas situaciones es importante la valoración médica, en que se efectúa un test de orina y, de ser necesario, se instaura de manera pronta el tratamiento antibiótico y analgésico pertinente, para evitar complicaciones glomerulares (glomérulo es el filtro que contiene cada nefrona o unidad funcional del riñón).
En este caso las medidas preventivas se basan en beber abundantes líquidos, agua preferentemente; no retener la orina, sino acudir al baño en el momento de tener esta necesidad, y usar ropa interior de fibras naturales, como el algodón.
La litiasis renal es otro problema de relativa frecuencia, consiste en la formación y/o aglutinación de cristales en las vías urinarias a partir de sustancias como calcio, ácido úrico y cistina, que se filtran a nivel renal. Este problema de salud puede generar un dolor del tipo del cólico, de intensidad fuerte que se percibe en la parte posterior del tronco superior, a nivel de la cintura o a un costado; este dolor es de inicio súbito y no mejora con reposo, debido al paso de estos cristales o litos que descienden por la vía urinaria y se pudiera acompañar de síntomas como ardor al orinar, náusea o vómito, sangre en la orina y dolor en el área genital.
Una forma de resolver el problema es expulsando estos litos por la uretra. Existen situaciones en las que por el tamaño o la localización del lito, éste no se puede arrojar y es necesario realizar una cirugía llamada litotricia, que consiste en fragmentarlos y retirarlos. Existen algunas formas de prevención y medidas para facilitar el tratamiento; la base de ello es la hidratación, en estos casos es necesario consumir al menos 3 Lt. de agua por día; la dieta también es esencial, baja en sal y en la ingesta de carnes rojas; la disminución en el consumo de bebidas gaseosas y/o que contengan cafeína; disminución en el consumo de grasas, embutidos y alcohol, y favorecer la ingesta de frutas ricas en vitamina C.
Mientras que la Insuficiencia renal crónica es un padecimiento que va en aumento y es de una grave afectación; ya que es una falla permanente del funcionamiento renal, en la que no existe una correcta eliminación de residuos y líquidos del cuerpo, por lo que se alojan en la sangre, provocando disminución de hormonas, desembocando en anemias y descalcificación ósea. Y ¿por qué la observamos cada vez con mayor frecuencia? Esto es debido al aumento de pacientes con diabetes, hipertensión, infecciones de vías urinarias no tratadas, la automedicación, en algunos casos por causas desconocidas y en un grupo todavía menor por antecedente familiar. Lo que podría indicar afección renal es presentar uno o más de los siguientes síntomas: hipertensión, edema palpebral y en extremidades superiores e inferiores, orina turbia o con sangre, micciones nocturnas y dificultad al orinar.
Existen maneras muy fáciles para prevenir cada uno de estos padecimientos renales, y es primordial hacerlo un hábito. Seguir una dieta balanceada, realizar una actividad física constante (se recomiendan 45 minutos, cinco veces por semana); si realizamos estas dos acciones principales por añadidura obtendremos un adecuado control de peso, un mejor control metabólico para la glucosa, el colesterol y los triglicéridos, y la presión arterial se podrá mantener más controlada. También debemos  evitar el tabaquismo, disminuir el consumo de alcohol y en caso de presentar datos de alarma anteriormente mencionados acudir a valoración médica.