Año 2018

El año 2018 será uno de los más importantes para México en esta primera mitad del siglo XXI, porque durante este año se tomarán decisiones que tendrán un fuerte impacto en el país para los próximos 10, 20 y 30 años en materia económica y política. Es decir que las decisiones que se tomen este año tendrán vigencia, al menos, hasta el 2050.
 
En materia económica el tema es la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte entre México, Estados Unidos y Canadá, conocido como TLCAN. En este momento las negociaciones van en la quinta ronda y se han hecho esfuerzos colosales para impedir, hasta ahora, que Estados Unidos abandone la mesa de convenios. Para México es importante lograr que este Tratado continúe (o que sobreviva aunque sea al mandato de Donald Trump), de lo contrario las pérdidas serían mayúsculas y se resentirían tanto en las finanzas estatales como en los bolsillos de cada uno de los ciudadanos. Si el TLCAN se disuelve con el fracaso de las negociaciones, México caería en la primera gran crisis económica del siglo XXI. Las agroexportaciones se deprimirían y la importación de tecnología cotidiana sería mucho más cara. No quiero decir que retrocederíamos a los años ochenta del siglo XX, cuando se practicaba la compra ilegal de autos chocolates y de “fayuca”, pero viviríamos escenarios muy parecidos.
 
En materia política el tema son las elecciones nacionales. Asistimos a un cambio de época, no solamente a un cambio de presidente. Por eso, el resultado de ellas marcará el rumbo del país en los próximos 30 años. Dos de los contendientes más importantes son jóvenes y se rodean de equipos jóvenes. Si uno de esos equipos logra tomar la silla presidencial, podrá sin duda retenerla durante más de un sexenio y dejará una marca indeleble en la historia de México. El otro aspirante presidencial que ahora encabeza las encuestas también posee un equipo de jóvenes, quienes heredarían el poder por más de un periodo.
 
En estas elecciones más que en otros años, se alcanza a apreciar una lucha encarnizada entre poderes fácticos. Por un lado los grandes capitales, por el otro los políticos influyentes, pero también la mafia criminal que cada vez más, sobre todo a nivel local, se ha convertido en factor decisivo. Los vencedores en estas elecciones decidirán a largo plazo temas tan importantes y de apremiante urgencia como la escandalosa corrupción, la hiriente inseguridad pública, el papel del estado en el ámbito económico y su rol en la protección social hacia las poblaciones vulnerables del país. Tenemos la responsabilidad de salir a votar con determinación. Entre más votos haya en las urnas menos espacio habrá para las trampas y los fraudes electorales. Salir a votar, sin embargo, no nos hace responsables de las decisiones que tome el candidato por el que votamos una vez que asume el poder.
 
Ante este panorama, nos queda confiar en los jóvenes. En ellos y sólo en ellos está la esperanza de nuestro país. Este año serán mayores de edad los que nacieron en el 2000. Y la buena noticia es que la mayoría de ellos no sabe de corrupción, ni de trampas, ni de vicios. Impulsemos en ellos el gusto por el deporte y por la higiene de vida. Apoyémosles para que cada vez tengan mejor preparación, démosles oportunidad de que crezcan en las humanidades y en las ciencias. Tratemos de despertar su creatividad, su capacidad de innovación y su sensibilidad artística. Con esas herramientas ellos sabrán hacer de este país uno que nosotros los adultos no hemos sabido.
 
Dr. Aristarco Regalado Pinedo
Rector del Centro Universitario de los Lagos