Grupo de Bioseñales comparte en CULagos hallazgos sobre neurociencias y conducta humana

Desde las capacidades como la orientación espacial, los procesos de aprendizaje y memoria, hasta la modificación de ciertas conductas –como la sexual o la maternal–, encontramos el común denominador de la actividad neuronal. Partiendo desde la base fisiológica cerebral, los fenómenos de este tipo son analizados por especialistas en neurociencias, biomédica y psicobiología, reunidos en el Grupo de Bioseñales, que realiza desde hace veintiún años su tarea y convoca a investigadores desde diferentes latitudes del país. En esta ocasión, el CULagos ha recibido a este grupo, que trabajará del 4 al 6 de julio en el XVI Curso – Reunión del Grupo de Bioseñales: de la actividad neuronal a la conducta.
 
Durante la inauguración de esta actividad la doctora María Isabel Pérez Vega, representante del CULagos en el comité organizador, destacó que los trabajos de investigación presentados generan contenidos para la integración de un libro científico. Una de las grandes cualidades de ello consiste en la accesibilidad en idioma español al conocimiento actual. Por su parte el doctor Miguel Ángel Guevara Pérez, fundador del Grupo de Bioseñales, compartió que desde hace veintiún años comenzaron a reunirse; durante este tiempo han tenido la oportunidad de realizar los cursos-reuniones dieciséis veces. El doctor Aristarco Regalado Pinedo, Rector del CULagos, al hacer la declaratoria inaugural celebró que este ejercicio de divulgación de resultados de las investigaciones se lleve a cabo en nuestra lengua, que “también es una lengua para la comunicación de la ciencia”.
 
A lo largo de la mañana y hasta pasado el mediodía, investigadores del Instituto de Neurobiología de la UNAM, del Centro de Neurociencias de la Universidad De La Salle Bajío, y del Laboratorio de Neurociencia Cognitiva, del CUNorte, entre otros, profundizaron sobre temas como el análisis de los movimientos oculares: a través del cual es posible comprender el proceso que se genera en nuestras membranas e incluso, la información visual que produce cuando volteamos a ver cualquier cosa. Todo esto está conectado a nuestro cerebro, produce emociones y estímulos a los que les damos poca importancia, a pesar de que ejercen la actividad suficiente para alterarnos, permitirnos sentir y modificar nuestra percepción. El alcance de estos estudios abordó también, por ejemplo, cómo se relacionan el lenguaje y el movimiento, así como su interrelación con la planeación, ya que juntos ejercen una flexión morfológica (actividad mental) que permite un interjuego entre circuitos y conexiones en todo el cerebro.
 
A t e n t a m e n t e
"Piensa y Trabaja"

Guadalajara, Jalisco, 4 de julio de 2018
 
Redacción: Marina Ortiz / Montserrat Vázquez
Fotografías: Montserrat Vázquez