El pasado 25 de noviembre se llevó a cabo, en las instalaciones de la Casa de la Cultura, la Jornada Académica: de la Ley Calles a la Cristiada. XC Aniversario, organizada por la División de Estudios de la Cultura Regional del Centro Universitario de los Lagos, el Departamento de Estudios Históricos de la Arquidiócesis de Guadalajara, el Ayuntamiento de Guadalajara y el Archivo fotográfico "Manuel Ramos"; con el fin de dialogar sobre los noventa años de la promulgación de la mencionada ley.
Uno de los episodios menos estudiados durante el siglo de las masas, el siglo XX, fue el del enfrentamiento armado entre la Iglesia católica y el Estado revolucionario, motivado por la promulgación de la llamada "Ley Calles". Con este nombre se conoció a la ley complementaria que articulaba el artículo 130 de la Constitución mexicana de 1917 que, entre otras restricciones, limitaba las "libertades" de la Iglesia católica en México. Los artículos 3º, 5º, 24, 27 y 130 de la Constitución de 1917 fueron censurados por la Iglesia y, para 1926, el enfrentamiento condujo a la llamada guerra de los "cristeros"; a la que varios historiadores se refieren como "la cristiada".
Durante la jornada, académicos de varias instituciones reflexionaron sobre los antecedentes y las implicaciones que este paso en la separación de la Iglesia y el Estado tuvo en nuestro país; por lo que las exposiciones se concentraron en el conflicto armado. Para la década de los 90 en el siglo XX, la que fue causa de una disputa armada, se derogó a partir del restablecimiento de las relaciones entre ambas instituciones, lo que para muchos especialistas es un síntoma de la recuperación de la Iglesia católica como una fuente autónoma de poder.
Cabe destacar que hubo una amplia asistencia a la jornada y que al cierre de la misma se pudieron apreciar documentos videográficos inéditos, sobre la realización del culto de forma clandestina entre 1926 y 1929, periodo de tiempo en el que la Iglesia suspendió el culto y se restableció con los llamados "arreglos" entre la Iglesia y el Estado en México.
Texto y fotografía: Alejandra Aguiñaga