Este 25 de mayo el Centro Universitario de los Lagos recibió al escritor y activista social Javier Sicilia, invitado de la Cátedra Sergio Pitol. En este marco tuvo lugar la conferencia magistral: ¿Para qué la literatura en tiempo de penurias? El doctor Aristarco Regalado Pinedo, Rector del centro, le dio la bienvenida acompañado del maestro Carlos Palafox Velasco, Secretario Administrativo, y del maestro Fernando Solana Olivares, quien presentó al invitado de honor.
Como escritor, el mexicano Javier Sicilia ha incursionado en los géneros del ensayo, la poesía, la novela y el periodismo. Esto se conjunta a su labor como activista y miembro fundador del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad. En la conferencia que lo ocupó en esta ocasión, Sicilia habló sobre cómo la literatura es el fundamento del sentido y la cultura humana. También hizo hincapié en cómo la palabra es una forma de sentido, significado y creación. La importancia de ella, según el escritor, es que crea realidades y modifica el mundo a través de su uso. También recalcó la importancia de tenerle respeto al lenguaje, observando cómo los medios de comunicación cada vez lo reducen más, a través del mal uso que hacen de él. Ahondando en el tema de la literatura, señaló el que existan literaturas canónicas que han propiciado una época para “la mercancía de la palabra”, es decir, que prácticamente cualquier texto se vuelve literatura y se crean públicos para el consumo de ésta.
Para el escritor, la poesía no sólo es un texto, sino que es una manera de cambiar realidades, de conmover personas y jugar con el lenguaje. Es indispensable, según Sicilia, devolverle la importancia a la literatura en estos tiempos de miseria y recrear los significados que la violencia quiere enmudecer, pues otorgan a la sociedad de herramientas para afrontar la realidad. Para finalizar invitó a la juventud a levantar la voz ante las injusticias, a ser personas activas que buscan un cambio en la sociedad, optar por una cultura multidisciplinaria y no descuidar el lenguaje, porque sin él nos volvemos cada vez más inhumanos.
Por: Bertha Alicia Padilla Bárcenas
Fotografías: Mayra Ortega Bosquez
