Seminario Rosalind Franklin

En fechas recientes se hizo eco de un fenómeno científico en el país y a nivel mundial, en México nació el primer ser humano con ADN proveniente de tres personas. El acontecimiento plantea un número de cuestiones que van desde los planos éticos, morales, progresistas, evolucionistas, religiosos hasta aquellos  de índole jurídica  ya que dicho procedimiento no está permitido en el país, no obstante, la realidad es que no hay siquiera una idea clara dentro de la potestad de la nación mexicana.

Sin embargo, en febrero del presente año la academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos de Norteamérica, a través de el IOM,  postulaba la viabilidad de llevar a cabo estos experimentos siempre que se cumpliera con una serie de parámetros, en un informe especial y en la prestigiosa revista Nature Genetics, aunado al precedente del Reino Unido, en donde la experimentación con este tema ha tenido una mayor aceptación por parte del parlamento.  Así, el suceso acaecido es una muestra de que el avance y el progreso no siempre están exentos de animadversión,

En vista del increíble avance del que somos testigos entran en juego las cuestiones netamente bioéticas establecidas en 1964 en la declaración de Helsinki donde se estipula siempre salvaguardar la integridad humana, el respeto por el individuo o los individuos con los que se experimenta, así pues si bien en la linde nacional no existe una idea clara de estas tecnologías, se posee el precedente de carácter internacional al qué también deben quedar ligados los colaboradores del New Hope Fertility Center que es el equipo que llevo a cabo el proceso de reemplazo exitoso en la ciudad de Guadalajara. El avance científico no está libre de polémica en todos sus rubros, pero es justo en estos eventos donde la razón, el conocimiento y el respeto por esta maravillosa vida que no siempre es un deleite, que no siempre es rose, se han de imponer para lograr el progreso.