En el marco del Primer Seminario de Internacionalización Universitaria, se ha llevado a cabo este 5 de julio la conferencia magistral Historia y cultura de Japón, y las inversiones en la industria automotriz en México, a cargo del cónsul general de Japón en León, Yasuhisa Suzuki. En una amena charla, el cónsul hizo un repaso general de los procesos históricos que han conformado la identidad de los japoneses, detallando cómo la sociedad fue forjando, de la mano de las manifestaciones artísticas, formas de convivencia específicas que han llevado al pueblo japonés a considerar al arte como un bien de la comunidad: “en la cultura, la gente común y corriente es la protagonista”; haciendo una ruptura con el arte que se tomó en determinado momento como algo exclusivo para la aristocracia, y hermanándolo con la visión norteamericana del arte popular.
Un aspecto interesante de su participación consistió en la comparativa entre México y Japón: ambas naciones tienen fuertes raíces agrícolas. A partir de las similitudes mencionadas, fueron también surgiendo en el discurso de Yasuhisa Susuki las diferencias en la forma de trabajar: los japoneses tienen un fuerte sentido de la importancia del trabajo en equipo, de la escucha de todas las aportaciones que los individuos pueden dar para innovar un producto o un servicio, de la importancia de la mejora continua para la vida cotidiana: reducción de costos, mejor aprovechamiento de los recursos.
Hay algunos aspectos que México ha aportado para volver más atractiva la instalación de empresas automotrices japonesas, entre los cuales destaca la facilidad para las negociaciones. Sin embargo, hay algunos otros que no han permitido a esta rama crecer en todo su potencial: la falta de proveedores, las características de los servicios que prestan los transportistas, el mismo carácter del medio ambiente en que se embodegan los automóviles, entre otras exigencias y particularidades de este mercado. La última parte de esta charla estuvo dedicada a la explicación justamente de cómo empresas automotrices han modificado los materiales con que elaboran sus productos: polímeros más resistentes que el acero, hules que pueden tener contacto con altas temperaturas y ácidos muy potentes, en general: materiales más ligeros que son útiles por más tiempo. La invitación que deja esta charla es a la reflexión sobre todos los pendientes que tienen ambas sociedades para que a partir de este fenómeno, la convivencia entre ellas redunde en éxito para todos los involucrados, basado en el aprendizaje y la comprensión mutuos.
Texto: Marina Ortiz
Fotografías: Cristian López / Sagrario Villalobos / William Aceves
